La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Tarija informó que el caso fue denunciado el fin de semana, cuando el sospechoso llamó a los efectivos policiales para reportar que encontró a su padre sin vida, en su habitación ubicada en la urbanización Porvenir. En principio se habló de una muerte natural, pero durante la revisión preliminar del cuerpo del anciano, se observó marcas a la altura del cuello y se evidenció signos de ahorcamiento.
“En el levantamiento del cuerpo el médico determinó como causa de la muerte asfixia mecánica por ahorcamiento. Se ordenó que el cuerpo sea trasladado a la morgue, donde el médico forense determinó que la víctima murió por asfixia por estrangulación”, informó el comandante departamental de la Policía, coronel José Illanes.
El anciano fue identificado como Hilarión Caucota y su hijo Primitivo, quien fue aprehendido luego de brindar sus primeras declaraciones, que fueron consideradas como contradictorias, para luego ser enviado ante el Ministerio Público.
En audiencia de medidas cautelares, informaron medios locales, el juez de la causa no encontró suficientes elementos para dictar detención preventiva contra Caucota, por lo que se le otorgó el beneficio de defenderse en libertad mientras avanzan las investigaciones. De confirmarse la autoría del crimen del hijo contra su padre, sería el noveno caso de parricidio en Bolivia durante este 2023.
Los otros casos reportados esta gestión dan cuenta de cinco madres y abuelas asesinadas por sus parientes directos y tres padres de familia que corrieron la misma suerte. Santa Cruz lleva tres casos registrados, El Alto con dos, Cochabamba con dos y Tarija con uno.
El parricidio es una figura penal que se sanciona con la pena máxima, tal como establece la Constitución Política del Estado y el Código Penal vigente: “El que matare a su padre o madre, o a su abuelo u otro ascendiente en línea recta, sabiendo quien es, será sancionado con presidio de 30 años, sin derecho a indulto”.