Un falso raciocinio es un error de hecho que ocurre cuando un juez o juzgador, al valorar una prueba, se aparta de las reglas de la lógica, las leyes de la ciencia o las máximas de la experiencia. Esto significa que la conclusión a la que llega no es válida, ya que se basa en un razonamiento ilógico, contrario a la ciencia o a la experiencia común, en lugar de en un análisis crítico y objetivo de la evidencia.
Características principales:
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- Error de valoración: El error no está en la prueba en sí, sino en cómo el juzgador la interpreta y le asigna un valor probatorio.
- Violación indirecta de la ley: El falso raciocinio es una forma de violación indirecta de la ley, ya que la ley sustancial se transgrede a través de una incorrecta valoración probatoria.
- Contrario a la sana crítica: Se produce al no respetar los principios de la sana crítica, que son los postulados de la lógica, la ciencia y la experiencia.
- Enfoque de género: Puede manifestarse al no considerar un enfoque de género cuando es aplicable, basándose en estereotipos en lugar de en criterios racionales.
Ejemplo:
Un ejemplo de falso raciocinio sería un juez que, ante la prueba de un arma en una escena del crimen, concluye que el acusado es culpable basándose únicamente en el hecho de que su huella dactilar aparece en ella, ignorando por completo otras pruebas, como la ausencia de huellas de los testigos o la posibilidad de que el arma haya sido plantada.
Cómo denunciarlo
Para denunciar un falso raciocinio, es necesario:
- Identificar la prueba en cuestión y su contenido objetivo.
- Demostrar qué conclusión errada sacó el juez.
- Indicar qué regla lógica, ley de la ciencia o máxima de la experiencia fue vulnerada.
- Explicar cuál era la conclusión correcta que se debía haber obtenido.
- Mostrar la trascendencia del error en el fallo final.






