Marvin Molina, actual presidente del Consejo de la Magistratura, presentó sus documentos en la Asamblea Legislativa Plurinacional en busca de postular como magistrado del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en las próximas elecciones judiciales.
El expresidente de la Magistratura, acusado por pedir a dirigentes del Movimiento Al Socialismo (MAS) que sugieran a abogados afines para nombrarlos jueces en 2022, hizo llegar sus documentos a través de un representante.
“Marvin Arsenio Molina Casanova presenta su postulación al Tribunal Supremo de Justicia, por el departamento de Potosí, vía tercera persona”, indica el reporte de la Cámara de Senadores.
Molina se suma otras autoridades judiciales, como cinco magistrados del TSJ, que también se postulan a las elecciones judiciales para continuar en otra institución, como permite la normativa vigente.
En octubre de 2022, Molina estuvo involucrado en un escándalo a raíz de un audio en el que se le escucha ofrecer cargos en la administración judicial a dirigente sdel MAS.
Según el audio, el entonces presidente del Consejo de la Magistratura llamó a legisladores y dirigentes del MAS para pedirles que sugieran nombres de abogados afines a ese partido para designarlos como jueces. Asimismo, pidió la “unión” de “evistas” y “arcistas” para afrontar las elecciones judiciales, con el fin de controlar el TSJ y el Tribunal Constitucional Plurinacional.
Después, Molina admitió que se reunió con el diputado Antonio Gabriel Colque (MAS) en una “visita intempestiva” y afirmó que el audio fue tergiversado porque jamás se refirió a la negociación de cargos de jueces.
El escándalo derivó en su renuncia a la presidencia de la Magistratura y en diversos pedidos de su renuncia; sin embargo, en septiembre de 2023, fue reelegido como presidente, luego de que su colega Mirtha Meneses decidiera dar un paso al costado.
La última polémica en la que se vio involucrado Molina fue cuando, en medio de las críticas por la prórroga de las altas autoridades judiciales, aseguró que se irá del cargo con la conciencia limpia, aunque con pendientes como “bajarse” a 489 jueces o completar la institucionalización del Órgano Judicial.