Josué Soria, exchofer de la Empresa Municipal de Asfalto y Vías (Emavías), denunció y detalló en una declaración, cómo se organizó un consorcio desde la gerencia de esa entidad, que se extendió hasta el interior de la Fiscalía de La Paz, con el fin de encubrir a los verdaderos responsables del robo de 93 turriles de cemento asfáltico, perpetrado el 13 de mayo.
“En fecha jueves 25 de mayo de 2023, en horas de la tarde, Josué Soria recibió una llamada de Mauricio Berdeja, quien le manifestó que no se escape (a Santa Cruz), que ya habría hablado con la fiscal Wendy Gómez, que no iban a arrestarlo ni cuatro horas, y que además habló con ‘Marcelo’, secretario de la fiscal Gómez. Todo esto se había hablado con su esposa, Carolina Muro, quien trabaja con la fiscal Sarina Guardia, de Trata y Tráfico”, es parte del texto que figura en la denuncia por consorcio que se abrió, derivado del robo de los turriles de cemento asfáltico.
Según la relación de hechos expuesta en el documento, Soria señaló como principal gestor del encubrimiento del robo de los turriles y el proceso de extorsión que sufrió, al exgerente de Emavías. Relató que desde el 15 de mayo recibió al menos cinco llamadas y asistió a tres reuniones convocadas por Berdeja, quien dictó las acciones que debían seguir él y el exencargado de almacenes de esa entidad municipal, Richard Flores.
Chofer y almacenero
Soria, que tenía el cargo de chofer en Emavías y ahora cumple detención preventiva en el penal de San Pedro, desde el 28 de mayo, primero se abstuvo de declarar y se acogió a su derecho al silencia, pero luego, pidió dar su versión, fue en ese momento que se conocieron los detalles del acto de corrupción del que fue víctima. Junto a él también fue imputado y encarcelado, Richard Flores, ambos por el delito de robo agravado.
La imputación señala que Flores y Soria, fueron los encargados de extraer los 93 turriles de cemento asfáltico la madrugada del 13 de mayo, con tres camiones grúa, del interior de Emavías. Ese material, fue recuperado el 24 de mayo, en el garaje de una empresa de construcción en la carretera hacia el municipio de Pucarani.
Paradójicamente, el denunciante fue el mismo Berdeja, esto pese a que la empresa que cumple con el servicio de vigilancia a estas dependencias, “G” Segurity, presentó un informe en el que se asegura que, la madrugada del 13 de mayo, los guardias permitieron el ingreso de tres grúas que se llevaron los 93 turriles de cemento asfáltico, porque, supuestamente, tres días antes, Berdeja, en presencia de Flores, dio una orden verbal autorizando esa operación. Esa instrucción, dice el documento, la recibieron los guardias en las oficinas del exgerente.
Una vez que conocieron ese dato, la representante del sindicato de Emavías, Nora Arteaga, interpuso una segunda denuncia ante la Fiscalía contra Berdeja, por el “autorrobo” del cemento asfáltico. En contacto con los periodistas, señaló que éste es uno de varios casos de corrupción que fueron denunciados, pero que no fueron atendidos por el alcalde Iván Arias.
Pese a esos antecedentes, mientras el caso estuvo a cargo de la fiscal Gómez, en la división de Delitos Patrimoniales, Berdeja seguía exento de sospecha. Pero esto cambió cuando la investigación fue reasignada a la fiscal Elba Sanjinés, en la división Anticorrupción, quien tomó en cuenta la declaración de Soria y el informe de la empresa “G” Segurity.
Reuniones y amenaza
En la denuncia se detalla que desde que se reveló el robo de los turriles, Berdeja llamó a Soria y Flores para pedirles que guarden silencio. La primera reunión se dio, el 15 de mayo, en el lavadero de autos de Emavías, en la zona Achachicala, la segunda, se organizó en el monumento a Germán Bush, en la zona Miraflores, el mismo día, las llamadas se registraron desde el celular corporativo del exgerente.
En esa segunda reunión, Berdeja les pidió que guarden silencio de todo lo ocurrido con el cemento asfáltico y que todo quedaría sin sanción, porque él tenía influencias en la Fiscalía y la Policía. Pero, además, para evitar que no se preocupen, les dijo que en los siguientes días asumiría el cargo de secretario de Seguridad Ciudadana.
El 17 de mayo, se dio una tercera reunión organizada por el exgerente de Emavías junto a Soria y Flores, en inmediaciones del estadio Hernando Siles. “Mauricio Berdeja Blacutt, quien les habría manifestado que todo ya estaba casi direccionado, que les iba a ayudar y que tenían que comprometerse a no decir nada, a lo que Josué Soria le habría contestado que él iba a decir toda la verdad, a lo que Mauricio Berdeja le respondió diciendo: ‘¿acaso tus padres llegan a los fiscales y policías? tu solo te vas a hundir’”, señala el documento.
19 de mayo, Soria recibe una nueva llamada de Berdeja, quien le pide “que se escape y que se vaya al departamento de Santa Cruz, a su Chalet en el Hotel Radisson”. La llamada se hizo desde otro número de celular.
Por los antecedentes, se presume que Soria rechazó el pedido de Berdeja y decidió colaborar con la investigación. En esa línea, el 23 de mayo, Soria se presentó ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), para ayudar en el caso. El investigador del caso, “sargento Tola”, extrañamente le pide hablar fuera de esas oficinas, frente al mercado Bolívar.
Allí, Soria revela la ubicación de los turriles, pues según la declaración del ingeniero Limbert Chipana, el chofer de Emavías fue quien le vendió los 93 turriles, a 1.400 bolivianos, cada uno y que todo el trato se hizo por vía virtual, incluido el depósito del dinero, que Chipana denunció como una estafa.
Es así que el 24 de mayo, Soria lleva al sargento Tola y otros policías hasta el garaje había entregado los 93 turriles de cemento asfaltico. Al día siguiente el chofer recibe otra llamada de Berdeja, quien cambia de postura y le pide que se presente a declarar.
Berdeja “le manifiesta que ya había hablado con la fiscal Wendy Gómez”. Que sería arrestado solo por cuatro horas, según la coordinación que hizo con “Marcelo”, secretario de la fiscal Gómez.
La madre entregó el dinero
Esa negociación la había realizado la “esposa” de Berdeja, Carolina Muro, quien trabajaba con Sarina Guardia, fiscal de Trata y Tráfico de Personas. Soria decide presentarse el 26 de mayo en la Fiscalía, allí aparece el “teniente Salazar”, quien en coordinación con la fiscal le imponen una abogada. “Flaquito, sabes que estos temas son delicados y se solucionan con dinero acabo de hablar con la fiscal y me dijo te van a aprehender, solo por dos semanas, porque tenían que hacerlo todo profesionalmente”, le dijo la jurista Mariel Méndez.
A continuación, la jurista le señaló que para que se cumpla el ofrecimiento de la fiscal, él tenía que pagar 3.000 dólares. “En su desesperación la madre de Soria le hace en entrega de 15.000 bolivianos, la abogada Mariel Méndez le dice a la señora. ‘Yo soy amiga de la fiscal, así que hay que darle plata, para que crea en nosotros’. Posteriormente a ese hecho, se dirigen a la Fiscalía a realizar la declaración de Soria, allí la fiscal Wendy Gómez le reiteró: ‘Dos semanas y luego lo sacan’, le dijeron, en el lugar también estaba presente el sargento Tola, investigador”, señala parte de la extensa denuncia.
Extorsión
Sin embargo, el trato no se cumplió, Gómez fue alejada del caso y el teniente de apellido Salazar pidió a Soria otros 1.500 bolivianos adicionales, para que permanezca en celdas de la Felcc y no sea llevado a San Pedro. Pero esto duró solo 21 días, luego, el chofer fue enviado a la cárcel y semanas después decidió realizar la denuncia.
Sobre el caso del robo de los turriles, se tiene a al menos 10 personas investigadas, entre compradores y funcionarios de Emavías. Tres de ellos están detenidos, él último fue Berdeja, que, desde el sábado, debe guardar reclusión en el penal de Patacamaya, por seis meses, mientras dura las investigaciones.
En el caso de consorcio, Berdeja es el sexto implicado, junto a Gómez, el teniente Salazar, el sargento Tola, la abogada Méndez y Carolina Muro, esposa del exgerente de Emavías. Todos ellos fueron imputados y cumplen detención domiciliaria.