Familiares e internos del penal de San Pedro de La Paz denunciaron el aumento de casos de extorsión y maltratos, sobre todo en la sección Palmar, donde los delegados exigen hasta 7.000 bolivianos a cada interno que llega, y de no pagar son sometidos a lugares de castigo como Muralla y Cocina.
Los delegados maltratan a los internos y a sus familias, quienes al no contar con dinero incluso “ruegan por una rebaja”.
Una reciente denuncia dio a conocer que los delegados para tapar su comportamiento delictivo, llevan a cabo recaudación de firmas con el argumento de que es para “cambiar a un capitán y al director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias”, pero en realidad es para presentarlo como un respaldo para ellos, sobre todo del delegado de la sección, José Luis Condori Mamani, y el delegado de estudio, Ramiro Mamani Choque, al existir denuncias contra ellos.
“Cada que llegan nuevos internos les están haciendo peor, les están sacando cinco mil, seis mil, siete mil bolivianos, están exagerando las extorsiones en Palmar, hay personas que andan llorando, preocupadas, no saben de dónde sacar dinero, los amenazan”, dijo un exdelegado a ANF.
Indicó que el cobro para ingreso a la sección se estableció como máximo 3.500 bolivianos para los casos de violación y 2.500 para los casos de asesinato, sin embargo, “ahora hasta en casos de accidente vehicular están cobrando 7.000 bolivianos”.
Explicó que, ante la escasa participación del Estado para cubrir las necesidades de la sección, al igual que en todas las demás, se establece un monto que es de conocimiento de Régimen Penitenciario y del gobernador del penal, sin embargo, estos cobros de forma unilateral van para los delegados y policías y muy poco queda para refacción y necesidades de la sección.
“Son personas de escasos recursos (los nuevos internos) y quienes tienen que afrontar esos gastos es la familia que no tiene dinero, lo poco que tiene para un plato de comida para sus hijos debe traerlo para pagar a los delegados que se dedican a beber”, denunció otro interno.



